Te espero en la esquina de siempre
a las seis de la tarde
Para que vayamos a fumar milagros
a disolver sonrisas
a jurarle a las calles una madrugada furtiva
donde no nos asusten los gallos
ni la conciencia de algo moviéndose a nuestro lado
Te espero sin nada encima con que cobijarme
para que no te equivoques al rebuscar en mi alma
y el camino se haga rápido hacia mi abecedario
No perdamos tiempo pensando y sacando cuentas
Ambos sabemos que nos tocaba encontrarnos
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